Tiempo

Después que se apagaron las luces,
cuando empezó a soplar el viento
arrancando las sábanas tendidas em el patio
apareció un viejo que me arrojaba relojes a la cara
y corría delante de mí
en dirección al Sol
que me nublava la vista
y apenas conseguia ver sus huellas
en el lodo casi seco que parecia contento ante la inminencia de la lluvia
que venia con las nubes
que el viento traia
persiguiendo a la luz que se perdía a lo lejos
junto con el viejo
que dejaba apenas un rastro
de huellas secas y de relojes
desparramados por el suelo
en dirección al Sol
como si fuera un Hilo de Ariadna.